Cuando te descubres

Caminas sintiéndote un completo extraño contigo mismo. Miras a tu alrededor y no ves nada más que insulsas escenas de vida que no te saben a nada, no te dicen nada y no te hacen sentir nada. Algo en tu interior se ha tornado oscuro y raro desde hace tiempo, pero no sabes qué es.

Tus pasos marcan el ritmo de una cuenta atrás para no sabes qué. Lo único que sí sabes es que hay un reloj de arena en alguna parte del universo que deja caer los granos más pesados de tu existencia y, si no logras encontrar una solución a tu vacío, tarde o temprano terminarás por ahogarte en un mar de arena.

Entonces, te encierras en casa sin querer verte afectado por estímulos que, en lugar de hacerte vibrar, te hacen tambalear. Enciendes la tele y dejas que las imágenes y sonidos salidos de ese aparato resuenen en tu cabeza mientras los pensamientos más macabros y horrendos del mundo vienen a ti de nuevo con una sonrisa pícara y dispuestos a convencerte de que jamás volverás a ser el mismo, que jamás volverás a encontrar la luz que perdiste no sabes cuándo.

Caes extenuado deseando no despertar jamás. Pero un nuevo día se pavonea ante ti exponiéndote lo «bonito» que es existir. Boca amarga y garganta ansiosa de borbotear gritos de rabia y desesperación. 

Pasan los días, los meses y el calendario va llegando a una fecha programada en tu cabeza cuya nota al pie dice: «hasta aquí».  Sigues sin encontrarte, sigues sin conseguir verte a ti mismo en el espejo cada mañana, sigues sin reconocer tu rostro y te ves como alguien que vive en un cuerpo cuyas acciones están automatizadas, empujadas por la desilusión y coloreadas con el tono más oscuro en la paleta de colores.

Un día alguien te dice «gracias» y te mira con unos ojos que nacen del corazón, un día alguien te abraza y te hace sentir querido, un día recibes un mensaje de alguien que pensabas que ya no se acordaba de ti, un día alguien te da la enhorabuena por un trabajo bien hecho, un día alguien te da la mano y te agradece por estar a su lado en los peores momentos. Todos esos días han pasado ya, todos esos días forman parte de episodios que ya has vivido pero no te habías percatado hasta entonces. Y es «ese» día en el que descubres que te descubres.



Deja un comentario